lunes, 29 de agosto de 2016

COSTA RICA (17 días) - Septiembre 16







Después de dos veranos seguidos en Ásia, hemos decidido cambio de continente, America central, Costa Rica, es el destino elegido, para agosto de 2015, principalmente por cambiar y por recomendación de algún conocido. Encontramos un vuelo con escala en Miami de 2 horas tanto para la idea como para la vuelta, por 840 euros en el mes de marzo (es la primera vez que planificamos con tanta antelación, y al final, no sirvió de nada). Un cambio de trabajo, provocó que nuestras vacaciones se fueran al mes de septiembre. American Airlines, que era la compañía que teníamos la reserva, nos permitió cambiar los billetes por 50 euros de comisión, y en el mes de julio, efectuamos el cambio, pagando el mismo precio por el vuelo, más dicha penalización. Una vez atado el vuelo, solo nos quedaba por planificar nuestros 15 días en Centroamérica.

Preparativos:
Nuestra maleta normalmente suele pesar entre 6 y 8 kg, pero como en este viaje, teníamos pensado alquilar un coche, nos echamos algún kg de más, ya que lo normal no iba ser andar cargados. Iréis viendo, que nada de lo planeado acaba siendo la realidad... Costa Rica se caracteriza por ser un país sin ejercito, verde y con mucha fauna y vegetación y por tener una red de carreteras un tanto precaria, además de tener una red de transporte público bastante descuidada... que finalmente acabamos comprobando. Como siempre, imprescindible el saco,  el impermeable, y la riñorera interior, para llevar dinero, pasaporte y móvil siempre encima. Igual que en Vietnam y a diferencia de la India, no es necesario papel higiénico ni jabón de manos.


Barcelona - San José

Día 1 (3 de septiembre): Despegamos de Barcelona a las 12h del medio día, con una escala de 1h 40 minutos en Miami, que con la broma del transfer que no es directo (te hacen salir y volver a entrar) casi perdemos el vuelo. En tres horas más, nos plantamos en San José,  19h horas local. Allí nos esperaba Lili, una chica que no conocíamos y que habíamos contactado con ella a través un compañero de trabajo, que había compartido piso con ella en Costa Rica. Lili es una chica costarricense que fue la amabilidad en persona, nos ofreció su casa para el primer y último día, ya que vive en el centro de San José.
Prime cena con Lili y su compañero de piso
Nos recogió en el aeropuerto con una pancarta con mi nombre, que me hizo muchísima ilusión y nos llevo una calle más allá del aeropuerto para coger un autobús. 5 o 6 paradas después nos bajamos y nos dijo que lo más seguro era coger un taxi, ya que era de noche y llevaba el portátil de su trabajo (cosa que nos nos acabó de dar mucha seguridad... no por ella, sino por la ciudad).
No nos dejo pagar el bus, ni el taxi, que en total fueron aproximadamente 5 euros, por lo que la obligamos a ir a cenar, para así invitarla. Una vez instalados en su piso, salimos a cenar cerca de su casa con ella y su compañero de piso Colombiano, muy agradables los dos en un baretos donde nos tomamos nuestros primero jugos de fruta, sin pensar en si eran con agua de botella (en Costa Rica no os preocupéis por beber con hielos o jugos con agua). Después de cenar, intentamos conciliar el sueño, aunque a las 5 de la mañana no había quién durmiera más por culpa del Jet Lack.


San José - Volcan Arenal

Día 2: Nos levantamos prontito, y salimos a las 8 a alquilar nuestro coche, un Suzuki Jimmy que era el más económico y a su vez un 4x4 que nos costo aproximadamente 850 euros (lo más caro con diferencia de todo el viaje).

Ya con el coche, nos dirigimos hacía La Fortuna, donde se encuentra el Volcan Arenal, sin moneda local, ya que no había ningún banco abierto. En un peaje, nos dejaron pasar, ya que no se podía pagar con tarjeta. Después de comprobar el estado de las carreteras que en ningún momento eran rectas, llegamos a nuestro destino, alojándonos en la afuera del pueblo, en una habitación decente por aproximadamente 20 dólares (que es el precio standard por una habitación normal con baño y aire acondicionado por todo costa rica, excepto en Corcovado).

Termas de los pobres
Volcán Arenal - La Fortuna

Una vez allí, nos fuimos a subir el Volcán Arenal, en una excursión de aproximadamente 3 horas en el que se paga una entrada al parque, donde vimos algún animal en plena naturaleza y el volcán de cerca. Volviendo por la carreta, paramos en una termas, que las llaman termas de los pobres, que son gratuitas, y en las que te puedes bañar con agua caliente que baja por el riachuelo, que proviene del volcán (recomendable). Después la lluvia, hizo que nos fuéramos a refugiar a nuestro hotel, donde nos relajamos y nos preparamos una fabulosa cena por 4 dólares cada uno.




Volcan Arenal - Río Celeste - Monteverde

Día 3: Volvimos a madrugar de nuevo, por lo que a las 7a.m. partimos dirección Rio Celeste. Hay un momento en el que la carretera se vuelve de piedras y así se debe seguir durante 1 hora aproximadamente.

Una vez allí pagamos la entrada del parque hicimos el recorrido habitual estipulando viendo lo curioso que es el nacimiento de este río de agua azul celeste.

Después de la visita, nos dijeron que nos podíamos bañar en el río un poco más abajo, pero dado que había corriente, no tuvimos más valor que meter solo medio cuerpo cerca de la orilla.



De nuevo otra horita de camino de piedras hasta salir a una carretera asfaltada hasta acabar subiendo unas montañas increíbles mientras anochecía hasta llegar a Monteverde. Allí buscamos un hostel, donde poder alojarnos dos días por un módico precios. Monteverde es pequeño y turístico, por lo que por la noche, se puede salir tranquilamente, pero esto NO ES ASÍ en todo el país. En el blackpeppers de monteverde, donde nos alojamos por 18 dólares 2 noches con desayuno incluido, decidimos reservar el Canoppy que incluía el salto de tarzán, ya que el hombre, nos pareció de confianza y nos dejo buen precio. Después de una cena de comida tipíca (que incluia también arroz y frijoles, como de costumbre) nos fuimos a la cama a descansar.



Día 4: Después de desayunar nos fuimos directos al parque natural y estuvimos paseando por sus caminos viendo o al menos intentando ver animales.
Poco más de alguna serpiente gracias a algún guía que las tenía localizadas. A las 11h un bus nos recogió en el hostel y nos llevo al canopy, que fue una experiencia muy divertida en medio de la selva, sobre todo impresionante por el salto de tarzán, que es un salto al vació de 40 metros con un rebote que provoca diversos saltos como si fueras tarzán con una liana. Ya por la tarde, nos dimos un paseo por Monteverde, que es un pueblo de montaña con 4 calles asfaltadas, cenamos en el mismo sitio que el día anterior donde Rubén probó un coctel con huevo de tortuga que aumenta la fertilidad (según nos contó el hombre que regentaba el bar donde cenamos ambos días).


Monteverde - Tárcoles - Uvita

Día 5: Repetimos la fruta de varios tipos durante el desayuno y partimos en dirección al sur por la costa. Paramos en Tárcoles, para ver los cocodrilos, y en Playa mantas y playa blanca según nos recomendó Lili. Las playas eran de arena blanca, pese a que el agua no era del todo cristalina.

 La verdad es que estuvimos tranquilos en esa zona. Una vez, paramos a comer seguimos en dirección Uvita, que es donde habíamos reservado la habitación a través de Airbnb. Hicimos la peor parada que nos podíamos imaginar, en Parrita, un pequeño pueblecito, donde compramos algunas provisiones y sacamos dinero, y justo al volver al coche vimos que no habían maletas... el maletero estaba vacío, y bueno, podéis imaginar el percal, vaya una lluvia suave pero que dejaba nuestros pensamientos muy confusos y oscuros... pero que solo se sienten si te pasa algo similar... toda la ropa, neceser, medicinas, toallas, un saco de dormir, ropa interior... mejor paramos... jejeeje. Después de poner una denuncia, intentar que nos cubriera algo el seguro sin solución y sin gafas, tuvimos que replantear el viaje, lo primero eran lentillas y cepillos de dientes y llegar al destino, pese a que era tarde y teníamos el miedo y la rabia metidas en el cuerpo. Una vez allí, la compasión de la mujer que regentaba la casa, no fue tampoco nada más allá, pero lo gracioso era que teníamos que agradecer que aun estamos vivos y no fue un atraco en persona... increíble! Esa noche, dormir, fue complicado... pero teníamos que intentar dormir, despejar la mente y intentar disfrutar los 10 días que faltaban...

Día 6: Nos levantamos y por una casualidad, en esa misma casa, había un chico que iba a hacer un tour para ver ballenas y nos pidió que lo lleváramos en coche. Después de que llegaran los guías, conseguimos entrar en el mismo bote y vimos varias ballenas y un ballenato muy cerca del barco, jugueteando. Fue un tour muy completo, ya que nos dejaron bañarnos cerca de una islita, donde pudimos escuchar debajo del agua el chillido de las ballenas.



A la vuelta, el chico no tuvo que pagar nada, así que nos fuimos de vuelta con él. Nadie nos pidió los 40 dólares de tour, como si el Karma nos tratara de devolver lo que habíamos perdido el día anterior... pero creernos que no compensa.
El planteamiento fue el siguiente, comprar algo de ropa de segunda mano para pasar los 10 días restantes, y comprar una maleta, ya que teníamos una que llevábamos encima cuando nos abrieron el coche. Nuestro equipaje se limitó a una mochila de 25 litros, un saco de dormir, un chubasquero, el bañador y 3 camisetas y un pantalón... increíble verdad? Pues con eso pasamos lo que quedaba de viaje, por lo que la conclusión para nosotros fue que de todo lo que te pase se puede aprender!

El atardecer por Uvita con la playa que tiene forma de ballena, y que el mar se abre a cada lado cuando baja la marea pudiendo llegar a punta Uvita, fue un paseo muy agradable. Por la noche compramos algo en el super para cenar en casa y intentamos conciliar el sueño, al menos, algo más que el día anterior.





Uvita - Corcovado

Día 7: Salimos de Uvita camino de Corcovado, después de un par de horas llegamos a un pueblecito llamado Sierpe, donde dejaríamos el coche, y continuaríamos en barco hasta Bahía de Drake, donde nos alojaríamos las 3 siguientes noches en un hostal de dos españoles, que pasan cada uno, una mitad del año trabajando allí. Miguel, no fue que digamos muy amable durante esos días, de hecho, solo lo vimos un día. En cambio el resto de trabajadores fueron muy amables incluso secándonos la ropa en una secadora ya que el tiempo no fue del todo soleado. Corcovado es la parte más protegida de Costa Rica y donde más complicado es acceder (es obligatorio entrar con Guía al parque). Por todo ello, los precios en la zona son desorbitados. La habitación con baño compartido era 40 dólares, el tour de snorkel costaba 80 dólares y el de un día en el parque natural 90 dólares. Nosotros no decidimos por el del parque natural, ya que es único, y por una ruta por la costa, desde un punto que nos llevaron en quad. Ese día cenamos algo y estuvimos en el hall del hostal, muy acogedor, pero debido a la lejanía de la playa y zona de restaurantes (había 4 en total) dependías de que te acercaran en coche y eso te limitaba las comidas, cenas y tours. Ese día, cenamos en la zona de la playa, a unos precios más razonables.

Día 8: Amanecía nublado, que para ver el Parque Natural de Corcovado nos servia. Después de un madrugón (6 a.m.) nos llevaron en barco hasta una playa en medio del parque. Allí pasamos 3 horas con un guía muy majo viendo animales de todo tipo, desde búhos, pájaros carpinteros y osos hormigueros, hasta serpientes, arañas y un danta dormido cerca de una charca. Valió mucho la pena el tour, pero es cierto, que el precio es elevado, además de los 5 euros adicionales por persona por pagar con tarjeta.
La tarde la pasamos por la playa y acabamos cenando por la zona también, para llegar al hotel pronto, y descansar, ya que el madrugón fue considerable.





Día 9: Nos queda un día entero, y el buen trato de la gente del hotel, fue lo que hizo más amena la estancia. Nos vino a buscar unos de los cocineros en quad para llevarnos al rincón de San Josecito. Allí estábamos solos en las playa y hacia un sol radiante.


La caminata duraba una 3 horas, pero entre chapuzón y descansos, nos fuimos a casi 5 horas, pero, siempre hay un pero, cuando quizá quedaba 1 tercio del recorrido, empezó la lluvia, que se convirtió en chubasco...  y el chubasquero no fue suficiente, por lo que el bañador y las chanclas mojadas no ayudaban el camino de barro... De todas formas, la camita mereció la pena.

De nuevo la tarde tranquila por la bahía de Drake una cena tranquila y a horas de merienda y relajarnos en el hall jugando a cartas y charlando con el algunos de los viajeros fue entretenido.




Corcovado - San José

Día 10: Bien pronto, nos despertamos para coger el barco, que salía dos veces al día de Drake para volver a Sierpe. En ese camino de vuelta, decidimos que íbamos a devolver el coche, con suerte, recuperaríamos parte de dinero, y acabaríamos el viaje más tranquilos, con menos preocupación y en transporte público. De Sierpe nos dirigimos hacia San José, parando por la comisaría de Quepos, por si había noticias de nuestras maletas desaparecidas... pero no hubo esa suerte. Llegamos a San José a medio día y devolvimos el coche sin problema, nos abonaron la diferencia y nos dijeron que nos habían dicho que no dejáramos nada a la vista, pero claro, el maletero del coche estaba a la vista, por lo que todo era contradictorio. Desde la lejanía nuestro consejo es: Siempre alguien tiene que vigilar el coche y por la noche, no salir si no es necesario. De nuevo nos recalcaron que estamos bien, y que si solo habían sido cosas materiales habíamos tenido suerte, porque probablemente alguien nos seguía y esperaba que nos despistáramos.
Lili, nos dejo alojarnos en su casa de nuevo, es un ángel, nos dio hasta repelente que ella no usaba y nos acompaño esa tarde cuando acabo el trabajo. Mientras tanto, aprovechamos para dar una vuelta por San José centro y comprar algo de ropa interior, que íbamos escasos... El centro de San José no tiene nada que visitar, pero es curioso, había policía por todas las calles y mucha gente en la calle. Supongo que por lo que nos había pasado, no nos sentíamos seguros en ninguna parte. Una cena en casa con nuestra super acogedora anfitriona y después de una risas a la cama.


San José - Tortuguero

Día 11: Nos dirigimos a la estación de autobuses en un taxi, ya que así nos lo recomendaron. Los taxis son muy baratos y hay zonas por las que mejor no pasar caminando. De allí cogimos un autobús en la terminal Los Caribeños hasta Canari, donde enlazamos fácilmente, con otro autobús hasta la Pavona para después coger una lancha hasta Tortuguero, el viaje nos costó aproximadamente 9 dólares por persona. Sobre las 13h llegamos a Tortuguero y buscamos un hostel económico dónde pasar aquella noche. Por la tarde nos dimos un paseo por el pueblo y playa caribeña y entramos en el parque natural. En un principio había que pagar entrada, pero dado que eran las 17h probamos suerte y no nos pidieron nada... en sí no vimos ningún animal y estaba todo embarrado por lo que la visita no fue muy amena. Después contratos un tour nocturno de tortugas, para ver como desovaban. Cenamos en puesto de la calle y a las 22h estábamos en el punto de encuentro. Nos pareció una turista enorme, ya que había muchos grupo de gente, que iban de un lado a otro hasta que los rastreadores les indicaban donde se encontraba alguna tortuga que había empezado a desovar y por tanto, ya estaba en trance y no se asustaría al vernos. De modo que nos llevaron hasta una, pero algo la debió molestar y se fuer al mar después de hacer el agujero en la arena. Después indignado por haber pagado y quejarnos, nos llevaron a otra donde vimos como dejaban los huevos en la arena y luego los tapaba y se iba. El guía me dejó incluso acarrear la tortuga cuando volvía al agua. La experiencia es increíble, pero creemos que si se molesta a las tortugas a costa de ganar mucho dinero, que realmente no se ve invertido aparentemente en ningún lado de la zona. El día había sido largo y dormimos como la seda.





Tortuguero - Puerto Viejo

Día 12: Madrugón de nuevo, ya que había pocas lanchas de vuelta. Al llegar a la Pavona, cogimos un autobús que nos llevo hasta Guaipes y allí enlazamos con otro que nos llevo hasta Limón, que por lo que nos habían contado era la zona más peligrosa y conflictiva, claro esta que, a pleno día y cruzando 4 calles de una estación de autobús a otra, no iba a suceder nada peligroso, y así fue. Esperamos 15 minutos más hasta el siguiente y definitivo autobús que nos llevó hasta Puerto Viejo de Talamanca. El viaje nos costó aproximadamente 12 dólares. A las 12:30h llegamos a nuestro destino, un poco antes de entrar al pueblo, había un caminito frente a la playa negra y en dirección a la montaña que nos llevaría hasta casa de Alex y Yanira, donde aprenderíamos lo que significaba realmente PURA VIDA, y lo que es la esencia caribeña y el relax, compartiendo con ellos mucho tiempo (recomendado). La casa tenía varias habitaciones, una entrada con una mesa y unas hamacas y nuestra habitación era sencilla y tenía cocina. Llegábamos muy cansados mentalmente por todo lo acontecido en días anteriores, y sin que nada nos hubiera transmitido la esencia real de Costa Rica, pero Puerto Viejo lo cambio todo. Nuestra filosofía paso de querer ver lo máximo, a disfrutar del detalle más pequeño. El recibimiento fue un batido o de fruta o una pipa (un coco verde de agua dulce). Esa tarde, nos paseamos por las playas y por el pueblo acabando cenando por la zona donde todos los restaurantes tenían precios elevados.

Día 13: Amanecía lloviendo y ese día decidimos ir al Jaguar Rescue Center, ya que nos lo habían recomendado y se pueden ver algunos animales que se han van encontrando heridos o que tienen que rescatar por algún motivo. La visita se paga, pero te haces un poco a la idea del trabajo que llevan a cabo. Después de comer algo y en vista del mal tiempo, estuvimos por la tarde en las hamacas, tomando algún batido de frutas con Alex y Janira. Cenamos algo que cocinamos en la misma habitación y alargamos la jornada de chachara con nuestros anfitriones y jugando a las cartas.

Perezosos en recuperación en Jaguar Rescue Center


Cahuita

Día 14: Nos levantamos y fuimos en autobús, cuyo precio ridículo, a ver el parque nacional de Cahuita. Al llegar al pueblo de Cahuita, estuvimos viendo una exhibición muy divertida de bailes escolares con tamborileadas y trompetas. Después nos adentramos al Parque por la entrada de Cahuita, ya que solo se pagaba la voluntad, en cambio por la otra entrada hay un pago mínimo obligatorio. Hicimos todo el recorrido entre arboles y playas a cada uno de los lados. Tener en cuenta que hay un punto central que se cierra a las 14h por lo que un guardia nos iba siguiendo por el camino de vuelta. Salimos por el otro lado del parque y cogimos el autobús en medio de la nada, que tardó como 35 minutos en pasar. De nuevo repetimos la tarde en nuestro hall con nuestro anfitriones sus batidos. Nos enseñaron unos osos perezosos, una planta de cacao y nos tomamos algún que otro chupito para el relax total. Fue la verdad muy divertido, siempre sonando de fondo alguna canción de Reggea.

Parque Cahuita
Puerto Viejo - San José

Día 15: Ese día teníamos pensado volver a casa, ya que no había mucho más que ver por la zona, pero Alex, nos dijo que el agua se había aclarado y podía ser que al día siguiente el snorkel se pudiera practicar, así que de perdido al río, y nos quedamos una noche más. Ese día fue totalmente de relax. Dimos algún que otro paseo por la zona y además celebraban una fiesta en el pueblo con un desfile de disfraces. Cenamos algo por el pueblo y nos volvimos, siempre pasando por las hamacas un rato, para relajarnos más, si es que aún se podía.


Día 16: Cuando nos levantamos a las 9h, Alex ya había ido hasta Manzanillo para ver que evidentemente SÍ podíamos hacer el snorkel. La excursión nos costó 35 dólares, pero vimos peces de todos los colores posibles, una ralla, una tortuga pequeña y algún que otro animal más, entre el coral caribeño de la zona. Cuando levantamos la cabeza estábamos a cientos de metros de la orilla, por donde habíamos entrado. Nos quitamos la espinita de quedarnos con las ganas y superó con creces nuestras expectativas (recomendado).
Comimos algo rápido en el pueblo como de costumbre, acompañado de un jugo de frutas y nos despedimos de Alex y Yanira agradeciéndoles todo lo que nos habían enseñado y compartido y además nos regalaron una bolsa de mamones chinos (una fruta muy dulce roja y que dentro parece un huevo blando). Tomamos el bus que nos costó aproximadamente 15 dólares sobre las 16h que llegaba directo a las 21h a la estación de San José, donde tomamos un taxi de nuevo para llegar a nuestra tan visitada casa de Lili. Ese día, salimos a cenar por ahí, con Lili y 2 de sus compañeros de piso, tomando cervezas y pasándolo muy bien con ellos. Sí, efectivamente había llegado el fin de la aventura... pero que aventura... una que jamás olvidaríamos...


San José - Barcelona

Día 17: Nos levantamos algo más tarde que de costumbre, sobre las 8. Nuestro vuelo salía a las 12h y nuestra amiga y compañera Lili insistió en acompañarnos hasta el autobús que nos llevaría al aeropuerto. Antes de subir al autobús nos despedimos de ella, dándole las gracias por todo lo que había hecho por nosotros, sin ni si quiera conocernos.




















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